Giorgio Colli. <El nacimiento de la filosofía>.
Giorgio Colli. <El nacimiento de la filosofía>. Traducción de Carlos Manzano. Tusquets Editores. Barcelona. 2009.
Giorgio Colli: Filósofo italiano, nació en 1917 y murió en 1979. Enseñó filosofía antigua en la Universidad de Pisa y dirigió, junto a Mazzino Montinari, la edición definitiva de las Obras Completas de Nietzsche, que se publicaron de manera simultánea en Italia, Francia y Alemania. Pensador original y heterodoxo, interesado por los filósofos presocráticos y por el desarrollo de la dialéctica, fue autor, entre otros estudios, de "Filosofía de la expresión" (1969) y "Después de Nietzsche" (1974).
Índice de la obra:
La locura es fuente de la sabiduría. 11. La señora del laberinto. 23. El dios de la adivinación. 39. El desafío del enigma. 51. El <pathos> de lo oculto. 63. Misticismo y dialéctica. 75. La razón destructiva. 87. Agonismo y retórica. 99. FILOSOFÍA COMO LITERATURA. 111.
Giorgio Colli al titular esta gran obra, El nacimiento de la filosofía, aunque sólo fuera por eso, como editor junto a M. Montinari de las Obras completas de Nietzsche, adivinaríamos que brota con fuerza del manantial de la sabiduría de vida. El nacimiento de la filosofía nace de la literatura, de la poesía y, sin olvidar a Nietzsche, de la tragedia. Para Colli: "En realidad, la época de los orígenes de la filosofía griega está más próxima a nosotros. Platón llama <filosofía>, amor a la sabiduría, a su investigación, a su actividad educativa, ligada a una expresión escrita, a la forma literaria del diálogo. (...) Cuando Platón habla en el Fedro de la <manía> (locura) escribe: "Los bienes más grandes llegan a nosotros a través de la locura, concedida por un don divino... en efecto, la profetisa de Delfos y las sacerdotisas de Dodona, en cuanto poseídas por la locura, han proporcionado a Grecia muchas y bellas cosas, tanto a los individuos como a la comunidad". Para el profesor Colli, "Nietzsche considera que la locura corresponde a Dionisos, y además la limita a la embriaguez... La locura es la matriz de la sabiduría". ¿Les suena la locura de don Quijote?
Colli explica cómo Teseo consigue salir del Laberinto del Minotauro (obra de Dédalo) gracias al hilo de Ariadna, símbolo del <logos>. Es el encuentro del hombre con el misterio, Colli alude a Homero, Hesíodo y Platón (Eutidemo) y dice que: "Apolo atrae al hombre a la red lisonjera del enigma, así también Dionisos lo seduce -en un juego embriagador- hasta los meandros del Laberinto, emblema del <logos>. En ambos casos el juego se transforma en un desafío trágico, en un peligro mortal del que sólo pueden salvarse, pero sin jactancia, el sabio y el héroe". El ámbito de lo real que desborda al hombre del logos es, para Colli, lo que dice Píndaro de los misterios de Eleusis: "Bendito aquel que, después de haber visto eso, entra bajo tierra: conoce el fin de la vida y conoce el principio dado por Zeus". Quien revela "eso" -el objeto inefable que en los misterios encuentra el hombre dentro de sí- es Dionisos, y Orfeo su cantor>. Por eso, Colli apela a Nietzsche respecto de Apolo que mediante la palabra fractura el mundo de los hombres y el de los dioses. Luego Platón distingue entre el <adivino>, como hombre exaltado y delirante, y el <profeta> que juzga, razona y resuelve los enigmas.
Colli vuelve a Platón en el Cármides: "el enigma aparece cuando <el objeto del pensamiento no va expresado por el sonido de las palabras>. Por tanto: "presupone una condición mística, en que cierta experiencia resulta inexpresable: en tal caso el enigma es la manifestación en la palabra de lo divino, lo oculto, una interioridad inefable. La palabra es algo diferente de lo que se entiende, es necesariamente oscura>. Así vemos el enigma de la vida en los albores del pensamiento griego que exige una interpretación de la que nadie se libra, si quiere, dar un sentido último a su existencia. Colli hace referencia a un relato antiquísimo sobre sabiduría y enigma, del que se hace eco el mismo Aristóteles que afirma: <Homero, al no se capaz de resolver el enigma, murió de aflicción>. Y me viene a la mente don Quijote en su lecho de muerte, con la melancolía a cuestas, que abandona el personaje de ficción y encuentra a su persona: Alonso Quijano el Bueno. El profesor Colli trae un bello fragmento de Heráclito: "A la naturaleza primordial le gusta ocultarse", y "la armonía oculta es más fuerte que la manifiesta". Más adelante, Colli sentencia: "El alma, lo oculto, la unidad, la sabiduría, son lo que no vemos ni cogemos, pero llevamos dentro de nosotros. Sólo la interioridad oculta es permanente, más aún: al manifestarse <se acrecienta a sí misma>".
Por último, Colli plantea una grave cuestión al hablar del "carácter oral de la discusión (filosófica), es esencial en ella: una discusión escrita, traducida a obra literaria, es un pálido subrogado del fenómeno originario"... Una cuestión candente a propósito de los comentarios en las redes sociales que imposibilita, tantas veces, un auténtico diálogo por la grosería y la mentira que campan por sus respetos. La conclusión es que Platón:"está dominado por el demonio literario, vinculado a la tradición retórica, y por una disposición artística que se superpone al ideal del sabio. Crítica la escritura, critica el arte, pero su instinto fue el de literato, el de dramaturgo. La tradición dialéctica le ofrece simplemente el material a plasmar. Y tampoco hay que olvidar sus ambiciones políticas, algo que los sabios no habían conocido. De la mezcla de esos dones y de esos instintos surge la criatura nueva, la filosofía. El instinto dramático de Platón le hace atravesar, como personajes con los que de vez en cuando se identifica, muchas intuiciones totales, exclusivas, a veces incluso antitéticas entre sí, de la vida, del mundo, del comportamiento del hombre".
En definitiva, en su concepción de la filosofía: "Platón se encuentra ante un competidor y adversario de notable talla, Isócrates. Ambos dan el mismo nombre a lo que ofrecen, es decir, precisamente <filosofía>, y ambos afirman tender a un fin idéntico, la <paideia>, o sea, la educación, la formación intelectual y moral de los jóvenes atenienses. Ambos desean liberar la <paideia> de los fines particulares y a veces toscos que habían mezclado a ella los sofistas anteriores: desean ofrecer el conocimiento y enseñar la excelencia". Todo un desafío para el futuro.