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Olof Gigon. Los orígenes de la filosofía griega.

Olof Gigon. Los orígenes de la filosofía griega. De Hesíodo a Parménides. Versión española de Manuel Carrión Gútiez. Editorial Gredos. Madrid. 1971.

Olof Gigon. Los orígenes de la filosofía griega.

Para Carlos García Gual: «Este estudio no se apoya en la erudición puntual, sino en una visión muy inteligente de los avances del pensamiento presocrático y una representación precisa de sus grandes figuras y la aportación esencial de cada uno de esos pensadores, en un estilo muy claro y personal».
Índice general de la obra:
Prólogo. 7. Hesíodo. 13. Tales de Mileto. 45. Anaximandro. 65. Anaxímenes. 110. Pitágoras. 133. Jenófanes. 171. Heráclito. 220. Parménides. 274. Apéndice (selección bibliográfica de autores). 325.​
Esta obra es, para mí, una de las más importantes que he leído sobre los orígenes, no sólo de la filosofía griega, sino, lo que es decisivo, de la historia de la filosofía occidental. Por la sencilla razón de que fundamenta el inicio de la historia de la filosofía, stricto sensu, en el poeta-filósofo Hesíodo, y no en Tales de Mileto que, desde Hegel, se le considera el primer filósofo por su actitud racional, como matemático y astrónomo, ante el origen del cosmos. En su Teogonía (sobre el origen de los dioses), escribe Gigon: "Narra Hesíodo como un buen día se encontraba en la cumbre del monte Helicón de Beocia, cerca de su lugar natal Ascra, apacentando su rebaño. Allí se le aparecieron las Musas, las hijas de Zeus y le dijeron: <¡Pastores del campo, vergonzosamente inútiles! Sabemos decir muchas mentiras que parecen talmente la realidad, pero también sabemos, cuando queremos, decir la verdad". Para Gigon: <Hay dos cosas que saben decir las musas: lo falso, con apariencia de verdad, y lo verdadero. Hesíodo recibe el encargo de decir la verdad y no de inventarse falsedades que parecen verdades y no lo son... Hesíodo se aparta de Homero. El mundo de la verosimilitudes engañosas es el de Homero. Frente al mito homérico se coloca la verdad. Y por eso surge la Filosofía". (...) "Éste es, pues, el primer elemento filosófico con que nos topamos en Hesíodo: la pretensión de enseñar la verdad". Hesíodo en su obra, Los trabajos y los días, prosigue Gigon: "Apunta como tema el decir <verdades> a su hermano Perses, difícilmente podemos verle libre de toda relación con el encargo de la Teogonía y con su fe en Zeus, dios de la justicia y la verdad con quien se siente solidario".

Prosigue su argumentación Gigon, con la pregunta de Hesíodo a las Musas: <¿Qué fue lo primero que existió? A lo que contestan las Musas: "Al principio fue el Caos, luego la Tierra con su ancho pecho... y Eros... y luego todo lo demás". "La cuestión de los orígenes es, pues, el segundo elemento filosófico de la Teogonía". Y Olof Gigon, concluye: "La Teogonía habla de los dioses.​ Pero sólo los menos son figuras al estilo de las que son invocadas en el culto comunitario y en la oración personal. Hesíodo no trata de informar sobre los dioses de su fe, sino de exponer una visión total del mundo, en forma de una extensa genealogía de los dioses. El propósito de Hesíodo en la Teogonía no es sólo hablar de la verdad y de los orígenes, sino también del Todo. Y éste es el tercer pensamiento filosófico que se nos ofrece".

El espléndido análisis filosófico de todos los presocráticos le convierte a Olof Gigon en uno de los mejores historiadores del nacimiento de la filosofía. Pronto vendría una de las grandes fuentes doxográficas de los presocráticos, más allá del gigantesco esfuerzo hermenéutico de los fragmentos de Diels, publicada en la misma colección de la Biblioteca Hispánica de Filosofía de la Editorial Gredos, que fue dirigida por Ángel González Álvarez, la gran obra: <Los filósofos presocráticos>. Historia crítica con selección de textos, de G. S. Kirk y J. E. Raven. 1974.

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