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Santa Teresa de Jesús. Obras completas.

Santa Teresa de Jesús. Obras completas. Editorial de Espiritualidad. Madrid. 2000. Quinta edición. Revisión textual, introducción y notas: Enrique Llamas. Teófanes Egido. D. de Pablo Maroto. José Vicente Rodríguez. Fortunato Antolín. Luis Domínguez Martínez. Director: Alberto Barrientos. Enlace en la imagen: Home - EDE - Editorial de Espiritualidad

Santa Teresa de Jesús. Obras completas.

En la sexta edición de las Obras Completas se han incorporado los últimos hallazgos de la investigación y de la crítica. Se ha buscado una mayor armonía gramatical para toda la obra y unas cabeceras más útiles que favorezcan la localización y consulta de los textos. Como complemento a los textos teresianos, se añaden dos Índices de suma utilidad, uno de nombres y otro de materias.
El <Libro de la Vida> de santa Teresa de Jesús es, sin duda, una lección de vida interior, natural y espontánea como ella misma. En la presentación, Enrique Llamas, dice que: <Azorín la calificó como el libro más hondo, más denso, más penetrante que existe en ninguna literatura europea>. Y, tal vez, añado yo en la literatura universal. La carmelita Irene Guerrero ha escrito una bella biografía novelada de la primera Doctora de la Iglesia (primera mujer doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca, bajo la presidencia del vicerrector Miguel de Unamuno en 1922)-, y relata así el mandato que fray García de Toledo da a la Santa:<Quiero que escriba su vida… ella responde, entre otras cosas: “-¿Podría hablar de oración? La oración es la que me ha cambiado... -Sí, lo quiero todo. -Entonces ya no preguntó más... Iba a escribir un libro. Iba a escribir su alma y a cantar las misericordias de Dios>.(Guerrero, Irene: Teresa de Jesús. La dama herida. San Pablo, Madrid, 2014, p.139-40). Ver la entrada de nuestro blog de la novela del 3 de abril de 2017. Teresa de Jesús dice en el prólogo: <por amor de Dios, tenga delante de los ojos quien este discurso de mi vida leyere, que ha sido tan ruin que he hallado santo, de los que se tornaron a Dios, con quien me consolar>. Habla con orgullo de tener unos padres virtuosos, el padre era aficionado a <leer buenos libros>. La madre tenía muchas virtudes y <pasó la vida con grandes enfermedades y gran honestidad>. Teresa, como su padre, era aficionada a leer libros de romances y caballerías, e imaginar historias junto a su hermano Rodrigo, su hábito de lectura era excepcional para una joven en su tiempo. Pronto vemos su preocupación por el valor de la honra personal y de la importancia de Cristo como centro de su vida interior (leyó las Confesiones de San Agustín) que se proyectará en la reforma de su orden de carmelitas descalzas. Para Teresa de Jesús la Virgen del Carmen, guía espiritual desde su adolescencia, fue la Patrona de su Reforma del Carmelo. Así cuenta lo que le ocurría mientras leía:​
<Acaecíame en esta representación que hacía de ponerme cabe Cristo, que he dicho, y aun algunas veces leyendo, venirme a deshora un sentimiento de la presencia de Dios que en ninguna manera podía dudar que estaba dentro de mí, o yo toda engolfada en él. Esto no era manera de visión; creo lo llaman mística teología. Suspende el alma de suerte que toda parecía estar fuera de sí; ama la voluntad; la memoria me parece está casi perdida; el entendimiento no discurre –a mi parecer-, mas no se pierde; mas, como digo, no obra, sino está como espantado de lo mucho que entiende; porque quiere Dios entienda que de aquello que su Majestad le representa, ninguna cosa entiende>. (10,1).
​Lo que empezó siendo un relato para las hermanas carmelitas descalzas de sus conventos, acabó siendo una valiente autobiografía espiritual de alcance universal. A pesar de las difíciles circunstancias personales (enfermedades), eclesiales (control de sus escritos por la Inquisición) y sociales del Imperio de la Monarquía Hispánica, escribió cartas a Felipe II pidiéndole ayuda para su orden. Pero su verdadero maestro interior era el Señor:<Como yo no tenía maestro y leía en estos libros, por donde poco a poco yo pensaba entender algo (y después entendí que, si el Señor no me mostrara, yo pudiera poco con los libros aprender, porque no era nada lo que entendía hasta que su Majestad por experiencia me lo daba a entender, ni sabía lo que hacía), es comenzando a tener algo de oración sobrenatural, digo de quietud, procuraba desviar toda cosa corpórea, aunque ir levantando el alma yo no osaba, que (como era siempre tan ruin) veía que era atrevimiento. Mas parecíame sentir la presencia de Dios, como es así, y procuraba estarme recogida en él. Y es oración sabrosa, si Dios allí ayuda, y el deleite mucho>. ​
Otro bellísimo texto de Teresa de Jesús nos invita a su lectura:<Cuando se quitaron muchos de libros de romance, que no se leyesen (libros prohibidos por la Inquisición que acechó toda su vida a la Santa), yo sentí mucho, porque algunos me daban recreación leerlos, y yo no podía ya, por dejar los (escritos) con latín, me dijo el Señor: “No tengas pena, que yo te daré libro vivo”. Yo no podía entender por qué se me había dicho esto, porque aún no tenía visiones; después, desde a bien pocos días, lo entendí muy bien, porque he tenido tanto en qué pensar y recogerme en lo que veía presente, y ha tenido tanto amor el Señor conmigo para enseñarme de muchas maneras, que muy poca o casi ninguna necesidad he tenido de libros. Su Majestad ha sido el libro verdadero, adonde he visto las verdades. ¡Bendito sea tal libro, que deja imprimido lo que se ha de leer y hacer de manera que no se puede olvidar!>. (26,6). ​
Si la libertad es uno de los grandes valores de la persona humana en la obra literaria de Miguel de Cervantes, por ejemplo, (Quijote, II, 58), no lo es menos en los escritos de Teresa de Jesús: <¡Oh gran libertad tener por cautiverio haber de vivir y tratar conforme a las leyes del mundo!, que como ésta se alcance de Señor, no hay esclavo que no la arrisque todo por rescatarse y tornar a su tierra. Y pues éste es el verdadero camino, no hay que parar en él, que nunca acabaremos de ganar tan gran tesoro, hasta que se nos acabe la vida. El Señor nos dé para esto su favor> (16, 7). A Teresa de Jesús se lo dio en vida porque se lo ganó ella misma, persona ruin, como ella se describe varias veces, que constituye un bello ejemplo para nuestro tiempo. Por eso recomendamos la lectura lenta del Libro de la Vida, Las Moradas (Castillo interior), Camino de Perfección, su Poesía, e incluso, su Epistolario, para ver el día de su vida de la cual siempre aprenderemos como persona ejemplar que fue, es y será en la cultura cristiana y universal.​
Para leer las obras de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, recomendamos la página web: Teresa, de la rueca a la pluma, para entrar en la biblioteca pincha aquí: https://delaruecaalapluma.wordpress.com/biblioteca-2/
​Os recomendamos tres artículos sobre el tema y una espléndida novela.​
<Santa Teresa de Jesús y Miguel de Cervantes>.
<Fidel García Martínez, Doctor Filología Románica,
Catedrático Lengua y Literatura, Licenciado en Ciencias Religiosas, Gijón>.
https://delaruecaalapluma.wordpress.com/2015/01/07/santa-teresa-de-jesus-y-miguel-de-cervantes/
<La huella de Teresa de Jesús en El Quijote de Miguel de Cervantes>.
José María Callejas Berdonés. Profesor emérito de Filosofía de Instituto. Mi comunicación: <Presencia de Dios en el Libro de la Vida de Teresa de Jesús>, no accesible en internet, está publicada en el libro de las IX Jornadas de Diálogo Filosófico, "Pensar y conocer a Dios en el siglo XXI", Ildefonso Murillo (Ed.). Ediciones Diálogo Filosófico/Publicaciones Claretianas, Madrid. 2016. Ver el resumen en pág. 332, y el texto en el CD del libro, págs. 133-37. Enlace: https://eprints.ucm.es/id/eprint/34371/
<Luisa de Cervantes>. Una vida imaginada. Javier Ruiz Martín.

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