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  • José María Callejas Berdonés. WWW.QUIJOTEDUCA.ORG

<Novelas ejemplares> de Miguel de Cervantes (4). "La fuerza de la sangre".

La sexta novela ejemplar que vamos a sintetizar de la lectura colectiva de Twitter es <La fuerza de la sangre>. #LaFuerzadelaSangre #Cervantes2019 #NovelasEjemplares.

La fuerza de la sangre de Miguel de Cervantes. Edición de Avalle-Arce. Castalia. Madrid. 2001.

Avalle-Arce dice que la novela se inicia:<Con un desnudo acto de violencia sexual como la violación de Leocadia...y...<constituye un audaz experimento, en que Cervantes no contaba con modelos>. <No entraba en los planes cervantinos de composición escribir la primera novela erótica moderna, por eso Rodolfo abandona la escena... casi hasta el final>. Por otro lado, considera la novela un fracaso:<Se trata de que Cervantes desatendió de triste manera la caracterización de los personajes. Rodolfo no llega ni siquiera a la categoría de un don Juan embrionario. Casi se podría decir que su función única es violar a Leocadia, dado que de inmediato desaparece de la acción>. Además, considera a Luisico, el hijo producto de la violación, el "deus ex machina" de la reconciliación. Sin olvidar el crucifijo (puede sugerir el Cristo de la Vega) que Leocadia coge de la casa de los padres de Rodolfo donde fue violada. Avalle-Arce piensa que Cervantes finge su historia antes del Concilio de Trento (1545-1564), ya que el Rey Felipe II convirtió sus decretos en leyes.


Para Cervantes el nombre de Leocadia simboliza el valor de la figura histórica de una mujer, virgen y mártir, que murió en prisión a causa de los tormentos en la época de Diocleciano. En su casa natal de Toledo se levantó la Iglesia de Santa Leocadia. Sus reliquias se llevaron desde Oviedo a la catedral de Toledo por orden de Felipe II en 1587. Toledo es fundamental en la Historia de España en todos los sentidos, cultural, político y religioso. Rodolfo, el violador de Leocadia, es de "sangre ilustre", ironía de Cervantes a la pureza de sangre de cristianos viejos como si fuese garantía de honradez. Quizás Cervantes conociera algún pleito de hidalguía, como el del abuelo de Santa Teresa de Jesús, como muestra un documento de los Inquisidores de Toledo descubierto en Valladolid, (recomiendo el interesantísimo artículo de Teófanes Egido, <El pleito de hidalguía>, en la revista Teresa de Jesús, nº 219, mayo-junio de 2019). La pureza de sangre de los judeoconversos y el dilema del matrimonio por amor o interés, fueron asuntos claves en la literatura y vida de Miguel de Cervantes.

Lee la novela en este enlace: <La fuerza de la sangre>. Biblioteca Cervantes Virtual.


La novela comienza con algo inesperado para un buen hidalgo de Toledo, acompañado de su criada, su mujer y su hermosa hija Leocadia y un niño pequeño, al cruzarse con Rodolfo, joven caballero rico y caprichoso, acompañado de cuatro amigos que deciden secuestrarla (encapuchados) para que sacie su deseo irreprimible de gozarla y, a solas, violarla. Nada pudieron hacer, a pesar de sus gritos de socorro, sus padres, tras la huida de los malhechores. <Leocadia: ¿Adónde estoy, desdichada? ¿Qué oscuridad es ésta, qué tinieblas me rodean? ¿Estoy en el limbo de mi inocencia o en el infierno de mis culpas? ¡Jesús!, ¿quién me toca? ¿Yo en cama, yo lastimada? ¿Escúchame, madre y señora mía? ¿Óyeme, querido padre? ¡Ay sin ventura de mí! Leocadia, asida a las manos de Rodolfo, tras ser violada: <¡Oh tú.... te ruego que, ya que has triunfado de mi fama, triunfes también de mi vida! ¡Quítamela al momento, que no es bien que la tenga la que no tiene honra!>.


¡Cuántas mujeres inocentes se sentirían culpables, injustamente, por la violencia pasional en esa época! ¿En nuestro tiempo no sigue ocurriendo en parecidas circunstancias? <Tan gallarda y porfiadamente se resistió Leocadia (ahora con todas sus fuerzas), que las fuerzas y los deseos de Rodolfo se enflaquecieron; y, como la insolencia que con Leocadia había usado no tuvo otro principio que de un ímpetu lascivo, del cual nunca nace el verdadero amor>. Cervantes trata la tragedia de muchas jóvenes de su tiempo violadas y deshonradas. ¿Sitúa en escena a Leocadia en el "teatro de su desventura" como aldabonazo a la conciencia del lector? Leocadia desesperada, opta por la vida y a la cara le canta las cuarenta a Rodolfo que, desconcertado, le abraza para confirmar <su gusto él>, y ella su <deshonra>. Leocadia, tras ser violada, queda preñada y da a luz un niño, Luis, que, desgraciadamente, es atropellado al cruzarse con una carrera de caballos, al cual le salva la vida un cirujano con <grandísimo tiento y maestría>. Cervantes ensalza a los médicos cirujanos como su padre y a la medicina moderna.

El Cristo de la Vega. Toledo. Lugar de referencia a la antigua iglesia de Santa Leocadia.

Leocadia a la señora Estefanía, la esposa del cirujano que salva la vida al hijo: <Tú, Señor, que fuiste testigo de la fuerza que se me hizo, sé juez de la enmienda que se me debe hacer. De aquel escritorio te llevé con propósito de acordarte siempre mi agravio, no para pedirte venganza de él, que no la pretendo, sino para rogarte me diese algún consuelo con que llevar en paciencia mi desgracia (que es lo que su padre le aconsejó). Tras descubrirse que el niño era nieto de la señora Estefanía,


Leocadia:<Abrazada con el crucifijo, cayó desmayada en los brazos de Estefanía, la cual, en fin, como mujer y noble, en quien la compasión y misericordia suele ser tan natural como la crueldad en el hombre>. ¿Hace Cervantes un acto de justicia poética con ella? Estefanía llama la atención por la fechoría a los camaradas de Rodolfo a quien le hace volver de Nápoles, vía Barcelona, a Toledo.

Después de fingir una falsa esposa (y fea para más señas) de Estefanía y su marido para Rodolfo, y hacer una disquisición sobre el matrimonio, éste le dice: <La hermosura busco, la belleza quiero, no con otra dote que con la de la honestidad y buenas costumbres; que si esto trae mi esposa, yo serviré a Dios con gusto y daré buena vejez a mis padres>. Entra en escena la esposa verdadera. <Poco tardó en salir Leocadia con su natural hermosura....Y exclama Rodolfo: <Si la mitad desta hermosura tuviera la que mi madre me tiene escogida por esposa, tuviérame yo por el más dichoso hombre del mundo. ¡Válame Dios! ¿Qué es esto que veo? ¿Es por ventura algún ángel humano el que estoy mirando?>. Cervantes pone a Leocadia mirando a los ojos del verdugo de su dignidad. Estefanía:<Has de saber, hijo de mi alma, que está desmayada que en los brazos tengo es tu verdadera esposa: llamo verdadera porque yo y tu padre te la teníamos escogida, que la del retrato es falsa>.

Micer Marsilio Cassotti y su esposa Faustina 1523. LOTTO, LORENZO Venecia, 1480 - Loreto, Marche, 1556. Museo del Prado.

Leocadia despierta en brazos de Rodolfo e intenta desasirse:<Recordé y volví en mí de otro desmayo, me hallé, señor, en vuestros brazos sin honra; pero yo lo doy por bien empleado, pues al volver del que ahora he tenido, asimismo me hallé en los brazos de entonces pero honrada>. El final de la novela parece un "colorín colorado este cuento se ha acabado" que decíamos de pequeños. Tras el desposorio, viene una perla para el médico de su honra: <Y agora viven, estos dos venturosos desposados, que muchos y felices años gozaron de sí mismos, de sus hijos y de sus nietos, permitido todo por el cielo y por la fuerza de la sangre, que vio derramada en el suelo el valeroso, ilustre y cristiano abuelo de Luisico>. Círculo narrativo empieza con el anciano hidalgo y cierra con valeroso abuelo.


Al final, la ejemplar novela me recuerda al refrán español, <Dios escribe derecho con renglones torcidos> (atribuido a Teresa de Jesús): La humillación de Leocadia que fue violada por su esposo Rodolfo nada más verla, choca con el matrimonio feliz del desenlace de este relato. La libertad y el amor van más allá de la educación de cada persona. Así, nos preguntamos e interpelamos a los lectores sobre las cuestiones éticas que nos sugiere el texto: ¿Cómo es posible concebir un matrimonio feliz de Leocadia con su violador Rodolfo? ¿Qué pretende Cervantes con esta inverosímil contradicción? ¿Sólo vale la honra de Leocadia sin amor verdadero? ¿Sólo le vale a Rodolfo la hermosura, honestidad y buenas costumbres de Leocadia, para casarse sin amor? ¿Será de una de esas sorpresas de la vida en la que la realidad supera a la ficción? ¿Por qué en Toledo símbolo de la ortodoxia católica institucional? ¿No es un crítica moral de Cervantes a la hipocresía de su tiempo? ¿El amor tiene tal capacidad de conversión del corazón que sobrepasa a la venganza?


Si iniciamos la entrada con un cervantista la concluimos con las palabras de otra, Aurora Egido, en su obra <Por el gusto de leer a Cervantes>: <En La fuerza de la sangre el silencio y el secreto ocupan un lugar sustancial. Para empezar, el narrador encubre su nombre con el de Rodolfo, "por buenos respectos", y calla el de los insolentes amigos que lo acompañan. El violento rapto de Leocadia se hace sin palabras>.



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