Crónica de la exposición Unamuno y la política en la Biblioteca Nacional de España. Julio-diciembre 2024.
Hemos visitado en la Biblioteca Nacional de España la exposición: Unamuno y la política. De la pluma a la palabra. Inicio esta crónica con el enlace para que los lectores tengan una información más completa, https://www.bne.es/es/dossieres-boletines/unamuno-politica-pluma-palabra, y descarguen un PDF preparado por los Comisarios de la exposición los profesores, Colette Rabaté (Université “François Rabelais” de Tours) y Jean-Claude Rabaté (Université de la Sorbonne-Nouvelle, Paris III), a quienes tuve el honor de conocer en una conferencia en el Ateneo de Madrid sobre Miguel de Unamuno. Esta exposición muestra el vínculo de Unamuno con la Historia de España a lo largo de más de cincuenta años a partir de la selección de numerosos documentos iconográficos y textuales a veces olvidados o inéditos. Colabora el Ministerio de Cultura, la Universidad de Salamanca, la Biblioteca Nacional de España, la Casa Museo de Unamuno y otras instituciones culturales.
El contenido de la exposición lo dividimos en seis períodos de la biografía política de Miguel de Unamuno y Jugo (29 de septiembre de 1864, Bilbao//31 de diciembre de 1936, Salamanca) y, en cada uno de ellos lo ilustramos con las fotos correspondientes a los momentos más significativos, aunque nuestro reportaje no es exhaustivo. El primer periodo, como <Aprendiz de político> (1874-1891), incluye un manuscrito de un cuaderno de juventud en el que trasluce un espíritu independiente de las ideas de los partidos políticos y su propio carácter un tanto díscolo. Verán una foto de su puño y letra de su primer artículo, <El derecho y la fuerza>, en el que defiende la libre conciencia del individuo frente a la fuerza del derecho. En esta galería expongo el segundo periodo, <La forja de un intelectual> (1891-1899), en el que gana la oposición a la Cátedra de Lengua Griega de la Universidad de Salamanca en 1891. Hay también una carta a Pablo Iglesias Posse -fundador del PSOE en 1879 y de la UGT en 1888- , en la que apuesta por el socialismo y una carta a su madre Salomé de Jugo para que lo entienda, ya que ella tiene reticencias hacia el socialismo. Otra carta a Cánovas del Castillo con motivo del proceso de Montjuic. Unamuno es el primero en "acuñar el término intelectual como sustantivo". Y un artículo de Unamuno anticolonialista que protesta por el fusilamiento en Filipinas de su amigo doctor y escritor: José Rizal. En 1898 verán el escrito de su conocido texto: ¡Muera Don Quijote!, para que aparezca Alonso Quijano el Bueno, metáfora de una España nueva.
El tercer periodo va de 1900-1914. El nombramiento de Don Miguel de Unamuno como Rector de la Universidad de Salamanca provoca una la polémica con el Claustro de profesores y un fuerte enfrentamiento con el padre Cámara. La lucha denodada de Unamuno por la libertad de expresión conllevó muchos conflictos a su persona por su defensa del nuevo papel que debían tener la Universidad y la Enseñanza en la renovación de España, dada su adhesión a los principios de la Institución Libre de Enseñanza y su amistad con el fundador Don Francisco Giner de los Ríos. Otro tema polémico es la discusión con el filósofo madrileño Don José Ortega y Gasset sobre el papel de Europa. Para Ortega, España es el problema y Europa la solución. Sin embargo, para Unamuno a esa Europa que sólo cree en la ciencia, le dice que "inventen ellos" -expresión que leerán en la carta a Azorín en esta galería-, y defiende que lo que hay que hacer es "hispanizar a Europa" con las humanidades, la poesía y la mística española, sea de San Juan de la Cruz, o la de Santa Teresa que vale más que la Crítica de la Razón Pura del filósofo alemán Immanuel Kant, como dice en su obra Del sentimiento trágico de la vida.
El cuarto periodo de la Gran Guerra al destierro (1914-1923). La convulsión de la Gran Guerra trae debates políticos y sociales en los que participan activamente Unamuno. El texto sobre Miguel de Unamuno sobre "el odioso y estúpido bombardeo de la Catedral de Reims", traducido por los hermanos Rabaté muestra la confrontación de Unamuno contra "los bárbaros teóricos de la Kultur alemana, enemigos feroces de la cultura latina>. En 1917 criticará duramente al Rey Alfonso XIII por su neutralidad en la Gran Guerra y apoyará la Liga Española de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. En 1923 critica a la monarquía y a la dictadura del General Primo de Rivera, en un artículo memorable expone el dilema: <República o Corona>. Unamuno en una carta a su hijo Fernando, tras una visita a Palacio, le dice que: "Yo no fui a pedir nada para mí, sino justicia par todos. No a someterme". Unas palabras que constatan su compromiso ético con la verdad y con la justicia. Aparece aquí una foto de Unamuno y su destierro a la isla Fuerteventura en 1924. Unamuno no se olvidó de África (recomiendo el artículo de mi entrañable amigo -ya fallecido- Manuel Padilla Novoa, La España africana de Unamuno, en, La filosofía ante la encrucijada de la nueva Europa-, Ildefonso Murillo compilador, Diálogo Filosófico Nossa y J, Editores, Madrid, 1995), como muestra entre otras cosas, una carta a Manuel Azaña.
El quinto periodo va del confinamiento de 1924, en las Islas Canarias, Fuerteventura, hasta 1930. La orden de destierro desataron en toda España, parte de Europa y en Iberoamérica -la Revista Martín Fierro en Argentina-, una ola de protestas en todos los ámbitos sociales, políticos y culturales. La película La isla del viento, de Manuel Menchón, está dedicada a este hito biográfico de Miguel de Unamuno, y es una de las razones por las que se ha hecho esta exposición de la BNE. La revista clandestina Hojas libres muestra su compromiso personal en estos desafíos sociales, culturales y políticos contra la Dictadura de Primo de Rivera para renovar una España con honra junto a Eduardo Ortega y Gasset, entre otros escritores, como Gregorio Marañón. Podrá ver las primeras páginas del borrador, De Fuerteventura a Paris, 1925. Y el precioso texto dedicado por María Zambrano a su maestro por su compromiso con la Libertad, la Verdad y la Justicia. >Los estudiantes de tu España>. Y la carta de protesta de Unamuno y Eduardo Ortega y Gasset al Presidente de las Sociedad de Naciones por acoger al gobierno del dictador Primo de Rivera.
El último periodo es el más triste: los tiempos convulsos que llevan a la "Guerra Incivil", desde 1930-1936. Las imágenes y los textos hablan por sí solos, y dejo a los lectores que juzguen por sí mismos. Como decía, Antonio Buero Vallejo, la Guerra Civil la perdimos todos los españoles, que llamaba a Miguel de Unamuno, el Quijote de nuestro tiempo. Para salvar el legado de Unamuno hay que procurar no situarle a ninguno de los dos lados del muro, como pretende nuestro actual presidente Pedro Sánchez que miente más que habla, ni al de los Hunos (los republicanos), ni al de los Otros (los rebeldes) que diría Unamuno, cuya divisa cobra vigencia moral: "Primero la verdad que la paz... antes quiero verdad que no mentira en paz". En el fondo es una reivindicación de la necesidad imperiosa del diálogo que tanto urge hoy en la sociedad civil y política de España, espero que esta crónica pueda contribuir a tan alto ideal.